Hay dos grandes grupos: el melanoma y el cáncer de piel no melanoma. Te lo contamos todo.
Llega el verano, vacaciones, playa, sol, menos ropa… un cóctel de lo más atractivo pero que también puede ser peligroso: te hemos contado en más de una ocasión de la importancia de proteger tu piel del sol, algo que debes hacer todo el año, no solo en verano, si bien durante esta época deberás ser mucho más cuidadosa.
Hoy vamos a abordar un importante problema de salud: el cáncer de piel. Los dos grandes grupos de cáncer de piel son el melanoma y el cáncer de piel no melanoma. “El cáncer de piel no melanoma es muy frecuente, la mitad de la población, a partir de los 60 años, ya puede tener algún cáncer de piel no melanoma, denominado también carcinoma”, explica Cristina Carrera, especialista en Dermatología en Diagnosis Dermatológica y miembro de Top Doctors.
El melanoma es menos frecuente pero mucho más serio. “Es un tipo de cáncer que se cura si se detecta y trata precozmente pero si no, es un tumor que puede ser agresivo, siendo la principal causa de muerte debida a cáncer de piel. Cuanto más mayor es la persona más riesgo pero, sin embargo, la edad media del cáncer de piel se sitúa en unos 50 años”, aclara Carrera.
En ambos tipos de cáncer, tanto el melanoma como el no melanoma, es muy importante la prevenciónque, además, es efectiva. “La prevención incluye, en primer lugar, evitar los daños del Sol, que son sobre todo las quemaduras solares, y también las horas de sol acumulado.
El segundo factor muy importante es que ambos tipos de cáncer de piel son más frecuentes en determinadas personas que tienen más riesgo, como son las personas que tienen la piel muy clara, las personas pelirrojas, o las personas que ellos o en su familia ha habido un cáncer de piel porque tiene un componente genético muy importante”, explica la doctora.
Todo el mundo debe prevenir evitando los daños del sol pero las personas que ya sabemos que tienen más riesgo son los que, además de prevenir del sol, deben tener un dermatólogo que les revise la piel. “Cualquier tipo de cáncer de piel, si se detecta pronto, se cura”, comenta Carrera.
La protección solar es la primera medida de prevención para la población en general. La revisión dermatológica debería ser esencial en cualquier persona a partir de los 50 años. “Aquellas con antecedentes personales o familiares (sobre todo de melanoma) deben revisarse la piel en el dermatólogo. Otra recomendación sería, para personas que tengan muchos lunares, que también deben hacerse una revisión dermatológica anual. Los lunares pueden evolucionar a malignos aunque lo más frecuente es que un cáncer de piel aparezca en cualquier lugar de la piel, sin ser un lunar”, añade.
En general, el cáncer de piel no melanoma aparece como pequeñas heridas o lesiones sobre-elevadas que no se curan en meses, que no molestan pero que no desaparecen. “Suelen aparecer en áreas de la piel que tienen exposición solar acumulada, es decir, la cara y el escote, sobre todo. Son tumores muy frecuentes pero de poco riesgo si son tratados correctamente”.
En cambio, respecto al melanoma, “Cabe recordar que, ante una lesión pigmentada, es decir, pecas o lesiones oscuras que cumplan la regla del ABCD (A: asimétricas; B: bordes irregulares; C: varios colores; D: diámetro mayor de 6mm) + E (E: evolución, cualquier mancha que esté cambiando), deberá acudirse al dermatólogo”, finaliza.