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Una situación de estrés intenso provocado por enfermedades físicas o problemas emocionales puede provocar una miocardiopatía con síntomas de tipo de infarto de miocardio, pero con daños habitualmente reversibles en el corazón. Es el síndrome de disfunción apical transitoria, miocardiopatía de estrés o síndrome de Tako-Tsubo, que en su mayoría se produce en mujeres (en el 90% de los casos).
La Sociedad Castellano y Leonesa de Cardiología ha premiado en su congreso anual, celebrado este mes en Zamora, un trabajo del servicio de Cardiología del Hospital de León sobre esta enfermedad. Se trata de una patología sobre la que existe poca literatura científica y de la que aún se desconocen muchos de los mecanismos por los que se produce, constituyendo cada caso un reto para los profesionales sanitarios. El primer autor de dicho trabajo es Samuel del Castillo García, residente de quinto año del servicio de Cardiología del Caule, junto con otros residentes del servicio,? y bajo la tutela la doctora María López Benito, El trabajo describe un caso clínico ilustrativo de la miocardiopatía por estrés. Se trata de una enfermedad en la que «el corazón sufre una disfunción aguda provocada, en la mayor parte de los casos, por una enfermedad física o una situación emocional que suponen un estrés para el organismo. El daño en el corazón suele ser transitorio y reversible, recuperándose la función del mismo cuando se resuelve la situación de estrés».
Ochocientas personas ingresaron en el último año en el Hospital de León con síndrome coronario agudo (que incluye angina inestable e infarto agudo de miocardio) y el 1-2% corresponden a miocardiopatías de estrés.
Los especialistas del Hospital de León han tratado a unos 40 pacientes por esta causa en los últimos 5 años, la mayoría eran mujeres con una edad media de 70 años. «Es muy una patología que afecta con mayor frecuencia a las mujeres, ya que a menudo que están implicados factores hormonales», explica Samuel del Castillo.
El caso clínico presentado en el Congreso que otorgó el premio, corresponde a un paciente que sufrió una miocardiopatía de estrés provocada por un tumor que producía niveles altos de catecolaminas (hormonas que el sistema nervioso libera a la sangre en situaciones de estrés). «La mayoría de los pacientes que sufren una miocardiopatía por estrés sienten un dolor en el pecho parecido al de un infarto agudo de miocardio.
El tratamiento farmacológico es similar al de los pacientes que ingresan por esta causa, salvo que al no existir habitualmente obstrucciones coronarias, no suelen precisar de la implantación de una prótesis tipo stent. No obstante, el pronóstico suele ser mejor que el de un infarto, ya que la disfunción del corazón es transitoria y reversible».