Para elaborar un trabajo de investigación en formato póster hay que seleccionar el método, describir los resultados y que las conclusiones sean interpretativas
Así se hace un póster en farmacia comunitaria y hospitalaria
Investigar es la búsqueda de procesos para hacer lo necesario con eficiencia. Precisamente por ello, investigar y publicar un póster en farmacia comunitaria y en hospitalaria requiere tener curiosidad, motivación, formación, experiencia y rodearse de un buen equipo. Pero también hay que conocer las claves para superar la evaluación de una comunicación en formato póster enviada a congresos, jornadas o eventos científicos. “Una vez aceptados los trabajos, es deseable que sean visuales y no cometan errores básicos en el diseño y en la forma”, explica a CF Juan Luis Cuesta,vocal de la Asociación de Profesionales de la Farmacia (Asprofa).
Para poner negro sobre blanco estas cuestiones, CF ha hablado también con Manolo Martínez Sesmero, director de Investigación e Innovación de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), que reconoce que en España hay talento e ideas suficientes para generar cultura investigadora, pero que se debe mejorar: “Si nos comparamos con otros países, sobre todo desde el punto de vista de la inversión y de facilitación, nos queda un amplio recorrido”, lamenta.
Amenazas y debilidades
En opinión de Cuesta, los farmacéuticos comunitarios que quieren investigar se enfrentan a varias amenazas y debilidades. “Se trata de una tarea añadida a la rutina diaria, que conlleva incertidumbre sobre su utilidad hasta finalizar el estudio”. Pero a pesar de ello, también lo ve como una oportunidad: “El nivel de cualificación es grande, así como la interacción con un entorno multidisciplinar que genere datos”, dice.
¿Cómo se estructura la información de una investigación? Cuesta recomienda comenzar con una introducción, y después continuar con los objetivos, metodología, resultados -sólo los más relevantes- y conclusiones, que deben contestar a los objetivos planteados, manteniendo el orden en que se enunciaron en caso de que haya más de uno. “Antes de enviar una comunicación científica en formato póster, es preciso preguntarse si responde a las conclusiones de los objetivos y si se extraen todas de los resultados”, indica Cuesta. Añade que, además, tiene que cumplir una serie de criterios. “No debe exceder de las 700-800 palabras. Además, los estudios complejos pueden remitir varias comunicaciones y las ideas tienen que ser claras, sin perífrasis. También es importante no añadir al póster lo no descrito en el resumen”.
El póster debe leerse, al menos, desde dos metros de distancia y evitar los colores puros
Para realizar una comunicación científica tipo póster, Martínez Sesmero aconseja partir de una pregunta de investigación que genere un objetivo operativo. “A partir de ahí, hay que seleccionar la metodología adecuada y describir los resultados, de manera que se auto explique lo descrito anteriormente de forma sencilla y esquemática. Las conclusiones no deben ser una mera repetición de los resultados, sino un juicio de valor (a veces generando nuevas hipótesis), al hilo de lo expuesto. Respecto al número de palabras, todo depende de las bases que marque el tribunal científico, pero en torno a 500 es suficiente para exponer adecuadamente un trabajo de estas características”. Añade que es bueno añadir imágenes, “pero que sean menos de diez para que no parezca un anuncio”, y recalca la importancia del color en estos trabajos. “Siempre hay que utilizar tonos degradados y descartar los puros”.
El tamaño importa
El póster debe leerse desde dos metros de distancia, “y de cinco en el caso de los títulos, que no deben ocupar más de dos o tres líneas, y subtítulos para captar la atención”, indica Cuesta.
Para Sesmero las prisas juegan malas pasadas: “En mi experiencia como revisor de trabajos, destacaría que suele costar utilizar una narrativa sintética y se abusa de lo literario”.