No encontraba su fármaco para la tensión en ninguna farmacia y acabó localizando un envase en la botica de Castrocontrigo, a más de 60 kilómetros de León. El desabastecimiento de fármacos se ha cronificado y conseguir la fórmula recetada se convierte en un peregrinaje para algunos y un imposible para otros.
Aunque de momento «no estamos ante un problema de salud pública», matiza el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León, Francisco Javier Herradón, de persistir esta situación podría llegar a ser considerada como tal. «Son medicamentos sustituibles y de momento no es algo grave», matiza.
Lo ocurrido a un vecino de León con su medicamento para la tensión se repite a diario con al menos 60 medicamentos que se producen fuera de España. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de León ha tomado la iniciativa de comunicar todas las semanas a la Gerencia de Atención Primaria para que lo incluyan en el sistema informático y los médicos lo tengan en cuenta a la hora de recetar.
Es la única provincia que ha puesto en marcha este sistema de información actualizada, pero eso no ha evitado que la población reclama el medicamento que tiene prescrito sobre todo cuando se trata de pacientes crónicos que tienen la receta en su tarjeta sanitaria por el plazo de un año.
«Los farmacéuticos, a pesar de no ser responsables de estas faltas de suministro, están solucionando el problema con información a los pacientes y alternativas, como puede ser la sustitución cuando es posible, o la formulación magistral», explica Herradón.
La prescripción por principio activo y la elección por el farmacéutico del medicamento resuelve en gran medida el problema. El COF de León subraya que la principal herramienta para hacer frente al problema «es el conocimiento de los fármacos afectados, por ello la Organización Farmacéutica Colegial creo el Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (Cismed)».
En la provincia, de las 323 boticas, hay 130 participantes y 100 informantes. Este sistema permite gestionar el stock, identificar problemas de suministro (Apocard, Bexero, Dogmatil) y alertar a las autoridades sanitarias.
Herradón recordó que el desabastecimiento se debe a la concentración de principios activos en una sola planta y a los precios de España que, al ser más bajos, hacen que el país tenga menos preferencia a la hora de ser suministrado por los laboratorios. Recalcó que los medicamentos que se ofrecen como alternativa «tienen igual composición, iguales dosis y con el mismo número de comprimidos en el envase».