- La Organización Farmacéutica Colegial se suma a la celebración, este 29 de septiembre, del Día Mundial del Corazón, que este año tiene como lema “Usa el corazón para combatir las enfermedades cardiovasculares”
- Aunque las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de fallecimiento en España, es posible evitar hasta el 80% de las muertes mediante la prevención y el tratamiento adecuado, ámbitos en los que es clave la labor del farmacéutico
- El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha publicado el Punto Farmacológico 145, en el que, entre otros aspectos, se revisa la contribución de este profesional sanitario mejorar la calidad de vida de los pacientes cardiovasculares, especialmente de aquellos que presentan o tienen riesgo de una cardiopatía isquémica.
Madrid, 28 de septiembre de 2020.- Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, cada 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, que este año tiene como lema “Usa el corazón para combatir las enfermedades cardiovasculares”. Y es que con 18 millones de fallecimientos anuales –se estima que serán 23 millones en 2030– son la primera causa de muerte en todo el mundo. En España, aunque hace 40 años comenzó una tendencia descendente, las enfermedades cardiovasculares (ECV) también son la primera causa de muerte (un 28,3% del total), alcanzando las 120.859 en 2019. Entre las principales ECV se incluyen: la cardiopatía coronaria isquémica, la más mortal; la insuficiencia cardiaca; las cerebrovasculares, como el ictus; la cardiopatía reumática; las cardiopatías congénitas; las arritmias; o las trombosis venosas profundas y las embolias pulmonares.
La aparición y evolución de las ECV está muy condicionada por una serie de factores de riesgo, entre los que destacan la hipertensión arterial, el tabaquismo, la hipercolesterolemia, la diabetes o la obesidad. Además, en tiempos de la COVID-19, los pacientes de ECV se enfrentan a una doble amenaza: un mayor riesgo de desarrollar formas más graves de la infección, y descuidar los tratamientos por temor al contagio al acudir a un centro sanitario.
El 80% de las muertes se pueden evitar
Si bien las tasas de mortalidad son altas y la lista de factores de riesgo es amplia, el lado positivo es que mediante un control eficaz de los principales factores de riesgo podría reducir hasta en un 80% las muertes por ECV. De ahí que la Agenda 2030 de Naciones Unidas apueste por reducir en un 33% las muertes prematuras para ese año, especialmente las debidas a ECV.
A este respecto, el farmacéutico comunitario, por su cercanía y accesibilidad, ocupa una posición privilegiada para transmitir a los ciudadanos información rigurosa sobre el riesgo cardiovascular y las buenas prácticas para prevenirlos, como el abandono del hábito tabáquico y del consumo excesivo de alcohol, la realización regular de ejercicio físico, llevar una dieta sana y variada, evitar el sobrepeso y controlar periódicamente parámetros como el índice de masa corporal, la presión arterial, la glucemia o la colesterolemia.
En caso de ser ya pacientes de una ECV, una vez diagnosticada y prescrito el tratamiento por el cardiólogo, la intervención del farmacéutico es fundamental para obtener los mejores resultados terapéuticos, ya sea en el entorno hospitalario en situaciones de Síndrome Coronario Agudo (SCA) o en el ámbito comunitario. Y es que, en realidad, la mayoría de pacientes de ECV van a estar en tratamiento crónico ambulatorio mediante tratamientos dispensados a través de la red de 22.104 farmacias comunitarias. En este contexto, los 54.000 farmacéuticos comunitarios cobran especial relevancia en la consecución de los objetivos del proceso terapéutico, en la prevención de factores de riesgo, o en la detección de signos de alerta.
En el caso de las ECV, la adherencia terapéutica es un factor esencial en el resultado de los tratamientos crónicos. En este sentido, el farmacéutico comunitario debe recodar que la falta de adherencia puede influir en un empeoramiento de la calidad de vida, una mayor probabilidad de complicaciones, aparición de efectos secundarios, ingresos hospitalarios adicionales o mortalidad, situaciones que incrementan la ineficiencia del gasto sanitario.
Combatir tópicos desde la farmacia
Dentro de la labor asistencial del farmacéutico está el combatir tópicos erróneos que asumen muchos pacientes de ECV que inundan las redes sociales, como, por ejemplo, que el ácido acetilsalicílico es un remedio antiguo y, por tanto, superado. La realidad es que sigue siendo uno de los fármacos más eficaces en la prevención de nuevos episodios coronarios y reduce el riesgo de otros eventos vasculares, como el ictus. También es bastante corriente entre pacientes con antecedentes coronarios la creencia de que llevar permanentemente un parche de nitroglicerina les protege, cuando su función no es preventiva ya que solo es efectiva en ataques agudos.
Punto farmacológico 145
Con el fin de visibilizar el impacto global de las ECV, y de la cardiopatía isquémica en particular, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha elaborado un Punto Farmacológico ofreciendo información científica rigurosa a los profesionales sanitarios con el objeto de mejorar la asistencia a los pacientes. Este informe técnico revisa en profundidad el conocimiento actual sobre las ECV y su tratamiento, poniendo especial atención en las funciones asistenciales que puede desarrollar el farmacéutico para reducir tanto la aparición de estas enfermedades como sus efectos.
Consulta y descarga el Punto Farmacológico 145: Cardiopatía Isquémica