La Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) y la Federación de Empresarios Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (FEFCAM) han presentado este miércoles el “Decálogo de reivindicaciones de la Farmacia rural en la COVID19“, un documento que pretende llamar la atención sobre la precaria situación que están padeciendo estos establecimientos en la actualidad.
Según SEFAR, las farmacias ubicadas en poblaciones de menos de 1.000 habitantes están abocadas a desaparecer si las autoridades no atienden las demandas del sector, expresadas en el decálogo que acaban de dar a conocer junto a FEFCAM.
Con la pandemia y las medidas de restricción dictadas para frenar los contagios la carga de trabajo en las farmacias rurales se ha multiplicado, sin tener la capacidad económica para contratar nuevo personal. “En la mayor parte de estas oficinas de farmacia solo trabaja el titular quien, si se contagia del virus, se ve obligado a cerrar, con las consecuencias que ello supone para su economía y para la prestación farmacéutica en estas poblaciones“, afirma Jaime Espolita Suárez, presidente de SEFAR.
En muchas zonas rurales los farmacéuticos están adelantando la medicación a sus pacientes, ante la saturación de los centros de salud, ampliando los horarios de apertura y han visto triplicarse los servicios de atención domiciliaria.
“Un modelo como el nuestro, creado para conseguir el acceso universal al medicamento y lograr la capilaridad que hoy existe, no puede permitirse que desaparezcan estas oficinas de farmacia, que prestan un servicio esencial en muchos pueblos de España”, añade el máximo representante de SEFAR. Por otra parte, Mariano González, presidente de FEFCAM, explica que “la red de farmacias de Castilla la Mancha es muy extensa y hay farmacias en núcleos muy pequeños, proporcionando un servicio sanitario básico allí donde no hay médico, enfermero, y a veces ni alcalde ni policía“.
“Nuestro modelo, -añade el dirigente- en el que la titularidad está unida a la propiedad, garantiza que la decisión profesional prevalecerá sobre la empresarial. Aprovechar a los farmacéuticos, que tienen el conocimiento y la experiencia y tienen un trato muy cercano con los vecinos de estos pueblos, es responsabilidad de todos“, concluye González.