Tres de ellas corresponden al municipio de La Bañeza y una a su área rural cercana mientras que las otras dos están en Ponferrada
Un total de seis farmacias de la provincia de León se han visto obligadas a cerrar sus puertas desde el estallido de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus Covid-19 y ante las sospechas de que algún empleado podría haber estado expuesto a la enfermedad. De los seis establecimientos, tres corresponden al municipio de La Bañeza, donde una de las oficinas ya ha podido reabrirse. Otro está situado en un pequeño municipio del área rural circundante y las otras dos oficinas se ubican en Ponferrada, según explicó el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León, Javier Herradón, que lamentó que las farmacias estén haciendo frente a esta epidemia “en primera línea” y, en muchas ocasiones, “a pecho descubierto”. “Estamos intentando proteger a los nuestros para que no haya un problema grave”, afirmó.
Al respecto, Herradón señaló que de las cinco oficinas que existen en La Bañeza, tres se han visto obligadas a bajar la persiana desde el día 14, una de ellas esta misma mañana. Otra pudo reabrir dos días después, tras someterse a un proceso de desinfección de las instalaciones, mientras que la tercera lleva clausurada desde hace diez días y los responsables del Colegio confían en volver a ponerla en marcha “en breve”.
También en la mañana de hoy tuvo que cerrar sus puertas otra farmacia situada en un municipio de la zona rural cercana, en el que reside un gran número de gente mayor y en donde la oficina era el único establecimiento que servía medicamentos. El Colegio ya está contactando con farmacias de la zona para establecer un protocolo que dé cobertura a esta zona desde otro municipio, avanzó Herradón.
Por su parte, en Ponferrada son dos las oficinas cerradas. Ayer echó el cierre una farmacia de la avenida de La Puebla y hay otra oficina clausurada en la avenida de Asturias, donde hoy mismo se lleva a cabo la desinfección, de acuerdo a los protocolos de control. A la espera de los resultados de la prueba a la que se han sometido los trabajadores, esta farmacia también podría volver a abrir su puertas en los próximos días.
Dolido por las declaraciones del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, Herradón lamentó que “las farmacias y sus profesionales poco a poco van cayendo”. En ese sentido, reivindicó que “la farmacia tiene que tener medios de protección” y valoró que la Junta dotara en el día de ayer a cada establecimiento con una mascarilla. “Menos es nada”, afirmó el presidente de los farmacéuticos, que agradeció a una empresa del sector plástico la donación que permitirá distribuir pantallas protectoras de acetato entre los empleados del sector.
“La farmacia es un servicio sanitario esencial y ahora lo estamos demostrando”, defendió Herradón, que reconoció que algunas oficinas están “desbordadas” al tener que dispensar y atender dudas, consultas y preocupaciones de los ciudadanos, también por teléfono. Cada establecimiento se ha adherido al protocolo establecido “desde el primer día”, que establece accesos restringidos para evitar aglomeraciones y garantizar que se mantiene la distancia de seguridad, limpieza regular de superficies, uso de guantes y suspensión de servicios de contacto directo, como la toma de tensión o los controles de diabetes. En esa línea, el presidente del Colegio instó a la población a “hacer caso a los consejos y mensajes de las autoridades sanitarias” y a acudir a las oficinas únicamente para recoger medicación o en caso de consulta urgente.
De la misma manera, Herradón subrayó que “el canal de farmacia está perfectamente abastecido” y recordó a la población que “no es el momento de hacer acopio de medicación”. Por otro lado, criticó la picaresca de aquellos ciudadanos que “utilizan la farmacia para salir de casa” y animó a los enfermos crónicos a obtener su medicación para los siguientes dos meses.