https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/01/17/5e20544821efa04b248b4699.html
Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer en España a lo largo de su vida. Así lo aseguran las estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), unas cifras que muestran claras diferencias entre sexos en las posibilidades de desarrollar un tumor.
Pero, ¿por qué los varones son más susceptibles a tener cáncer? Un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Caixa, acaba de encontrar una respuesta. La clave, aseguran, está en el cromosoma Y.
“La probabilidad de desarrollar cáncer aumenta cuando se pierde la función de seis genes claves del cromosoma Y”, explica a EL MUNDO González, quien aclara que estudios recientes habían demostrado ya que, al envejecer, las células de algunos hombres tienden a perder por completo el cromosoma Y y que esto tiene una relación directa con el riesgo de cáncer. Sin embargo, añade, “las causas de esta relación no se conocían”, continúa.
Para llegar a encontrar el hilo que liga a los varones con un mayor riesgo de cáncer, los científicos estudiaron los datos de aproximadamente 9.000 individuos, analizando la función de distintos genes del cromosoma Y en distintos tipos de tumores. Al cruzar la información, que se publica en detalle en la revista Journal of the National Cancer Institute, observaron que la pérdida de función de seis genes (DDX3Y, EIF1AY, KDM5D, RPS4Y1, UTY Y ZFY) marcaba una clara diferencia.
Estos seis genes del cromosoma Y, explica González, están implicados en la regulación del ciclo celular y se comportan en cierto modo como supresores tumorales. Por eso, cuando su actividad falla, la puerta al cáncer se abre con mayor facilidad. “Estos genes tienen una copia similar en el cromosoma X. Si además, la copia del cromosoma X muta en las mismas células, algo que es posible, esta protección biológica contra el cáncer se pierde totalmente”, añade.
Según explica, el riesgo de cáncer atribuible a esta pérdida de función del cromosoma “es comparable con el riesgo atribuible al tabaquismo”, subraya. De hecho, según sus datos, en algunos casos de cáncer, como el de pulmón, esta desregulación del cromosoma Y se asocia con riesgo 30 veces superior de desarrollar un tumor.
El siguiente paso del equipo pasará por analizar qué otros factores, además del envejecimiento, contribuyen a favorecer la pérdida de las funciones en algunos genes del cromosoma Y. “Sabemos que fumar, por ejemplo, aumenta el riesgo de perder el cromosoma Y, pero sospechamos que hay otros factores ambientales que también podrían favorecer esto”, concluye el investigador.