Verónica Casado pide que las decisiones de introducción de nuevos fármacos estén “basadas en la eficiencia y en la evidencia”
“Si queremos resultados distintos, no hagamos siempre las mismas cosas”. La famosa frase de Albert Einstein rige los destinos de la sanidad castellano-leonesa desde que Verónica Casado fue nombrada consejera de Sanidad y dirige todos los esfuerzos dirigidos a adaptar a los nuevos tiempos una organización que tiene más de 30 años. ¿Cómo? Haciendo innovación más allá de la biomedicina para llegar a lo digital, lo comunitario, la comunicación… En definitiva, a toda organización. “Si podemos innovar en la organización, probablemente podremos innovar en todo el sistema sanitario”, ha defendido Casado en uno de los desayunos socio-sanitarios organizados por Europa Press. Esa innovación depara para las oficinas de farmacia un papel fundamental. De hecho, constituyen el “mayor criterio” a tener en cuenta a la hora de abordar el Plan de Reordenación de la Atención Primaria.
Las expectativas para con la farmacia se han venido alimentando desde hace meses, cuando la administración regional anunció su intención de acometer una reordenación de la Atención Primaria. Ya en octubre, durante el XI Congreso Farmacéutico de Castilla y León, Casado aseguró que no se puede acometer un reajuste de este nivel asistencial “sin contar con la farmacia”. El que se haya convertido en el “criterio principal” del Plan de reordenación implica que una de las condiciones que se exigirán para crear “centros de agrupación de consultas” será que se cuente con la oficina de farmacia.
Las oficinas de farmacia serán el mayor criterio a tener en cuenta en el Plan de Reordenación de Atención Primaria
La capilaridad de la red de farmacias en España juega a favor de los objetivos de la Consejería, que dentro del plan de reordenación de la Atención Primaria quiere potenciar las herramientas que ofrece la sanidad electrónica. En el caso de las oficinas de farmacia, la receta electrónica permitirá, según Casado, comunicar a los pacientes la actualización de su receta para que vayan a buscarla a la farmacia.
¿Por qué reordenar?
Casado asegura que fue Francisco Igea quien le ayudó a tomar la decisión de aceptar el cargo de consejera. Las líneas que él dibujaba para la Sanidad de Castilla y León coincidían con lo que ella pensaba que se podía —más bien se debía— hacer. Pese a todo, y siendo consciente de que la Sanidad es un mundo en el que la necesidad de cambios choca continuamente con el síndrome de resistencia al cambio, lo primero que hizo al aterrizar en la Consejería fue intentar conciliar puntos de vista desde un examen externo.
El análisis DAFO sobre las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades le ayudó a determinar la mayor dificultad a la hora de distribuir recursos que genera una población de 2,4 millones de habitantes, la más extensa y a la vez la que tiene menor densidad de población: 25,67 habitantes por kilómetro cuadrado.
El sistema sanitario público de Castilla y león registra muy buenos resultados en salud y recibe, en general, una buena valoración por parte de los usuarios. No ocurre así en el medio rural, donde vive el 38 por ciento de la comunidad y a pesar de que el sistema sanitario dedica a este medio el 64 por ciento de los recursos en Atención Primaria.
Entra otras causas, esta perspectiva de los usuarios determina el objetivo de actualizar una reordenación de recursos que data de los años 80. También el hecho de que la despoblación haya aumentado, “y no por falta de médicos”, destaca Casado. La región cuenta, de hecho, con 3.669 consultorios locales, mientras que Andalucía —otro ejemplo de comunidad autónoma con mucha dispersión— tiene 1.100. Además, es la comunidad con más médicos de familia por habitante (1 por cada 918).
Pero la realidad de la dispersión hace insuficiente cualquier cifra. El 45 por ciento de los consultorios locales de Castilla y León cuentan con menos de 50 tarjetas sanitarias. El 30,4 por ciento de los médicos de la región tiene menos de 500 tarjetas sanitarias. Un 22,4 por ciento están entre las 500 y las 1.000; un 35,3 por ciento entre las 1.000 y las 1.500 y un 11,9 por ciento entre las 1.500 y las 2.000. Es decir, que atendiendo a los estudios científicos que cifran el margen de calidad para una buena atención en AP entre las 500 y las 1.500 tarjetas, Castilla y León sólo tiene el 57 por ciento de los profesionales en ese margen.
La conflictividad laboral que genera esta situación —“aún teniendo muchos médicos de familia no tenemos bolsas de sustitutos”, subraya Casado— ha reforzado la necesidad de llegar a un consenso para organizar de manera más efectiva.
La falta de financiación
A esta situación se suma el otro gran déficit del sistema sanitario regional: la falta de financiación. “El 65 por ciento de los recursos dependen del gobierno”, asegura la consejera, que subraya que la necesidad del nuevo sistema es “urgente”.
Una comparativa rápida señala que, frente al porcentaje de PIB dedicado a Sanidad en todo el SNS —el 5,9 por ciento— , Castilla y León dedica el 6,6. Y aún así tiene deuda. A cierre de 2019 (con cifras provisionales que aún hay que confirmar), esta deuda sanitaria ronda los 830 millones de euros. De ahí que el primer reto al que, según Verónica Casado, hay que dar respuesta es conseguir “un 7 por ciento de financiación en sanidad”.
Más allá, la región asegura que luchará para que en la reforma del sistema de financiación de las comunidades autónomas no sólo se priorice el criterio de la financiación per capita, sino también el del territorio. “No es lo mismo atender a dos millones de personas en un territorio concentrado que en un territorio muy disperso”, resalta.
Esta presión financiera marcará, entre otros, el Plan de prestación farmacéutica de Castilla y León, que la consejera califica de “clave”. En un marco de necesidades infinitas y presupuesto finito, “toda las decisiones deben estar basadas en la eficiencia y en la evidencia”, apunta Casado, que considera que habría que “introducir nuevos fármacos siempre y cuando mejoren la calidad de vida y la expectativa de vida; si no, evidentemente, no podremos hacerlo porque tenemos una limitación presupuestaria importante”.
Planes de actuación
Éstas y otras guías —la consejera es una firma defensora del Pacto por la Sanidad y de un pacto profesional— son la base de los múltiples planes puestos en marcha por el Departamento, dirigidos no sólo a reordenar la Atención Primaria, la atención de urgencias o la atención hospitalaria. También hay planes para valorar la evaluación del desempeño, para la reordenación profesional, para los sistemas de información, para las infraestructuras y las nuevas tecnologías, especialmente dirigido a la telemedicina como complemento básico en un territorio tan disperso.