La lucha antitabáquica también se libra en la farmacia comunitaria
El Ministerio de Sanidad anunció días atrás al Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo la financiación pública de la vareniclina y del bupropión para dejar de fumar. Ha dejado fuera de esta decisión los parches de nicotina, reclamados igualmente por los neumólogos. Actualmente, el 60% de los pacientes en unidades de tabaquismo (aunque sin financiación pública) son tratados con vareniclina; el 35%, con terapia sustitutiva de la nicotina, y el 5%, con bupropión. Resulta una buena noticia para la lucha contra el tabaco, que está incluida en la Agenda para el Desarrollo Sostenible y es una de las formas más eficaces de reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles (cardiovasculares, cáncer, EPOC). Pero se echa de menos más avances en esa lucha, como sería apostar, de manera decidida, por la participación de los farmacéuticos comunitarios de manera coordinada en este problema de salud, puesto que son los sanitarios más próximos y de más fácil acceso para los fumadores que quieren dejar de serlo.
Los farmacéuticos ya están desarrollando una importante labor en la lucha antitabáquica –educación sanitaria, prevención del tabaquismo, incentivación de la deshabituación tabáquica–, incluida la indicación de tratamientos que no requieren receta médica y el seguimiento de terapias con prescripción médica.
Participación del farmacéutico
La deshabituación tabáquica es un objetivo difícil de conseguir y la participación del farmacéutico puede contribuir al éxito. Hay muchas experiencias que lo corroboran, entre ellas una tesis doctoral de la Universidad de Granada, realizada por Alicia Marín Armero en 2015 , que concluyó que la atención farmacéutica es un método eficaz para lograr la deshabituación tabáquica, consiguiendo a los doce meses una tasa de abstinencia total en el 43% de los pacientes, siendo estos resultados mejores que en otros entornos sanitarios. También reveló que el uso de nuevas tecnologías en los programas de atención farmacéutica en deshabituación tabáquica incrementa la adherencia y, por tanto, los resultados positivos. El Consejo General de Colegios de Farmacéuticos y la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) llevan años trabajando a favor de la formación de los profesionales en éste ámbito, incluyendo acciones dirigidas a la población general.
Resultaría sorprendente que la Administración estuviese dispuesta a financiar algunas terapias y no a utilizar todos los recursos asistenciales disponibles, incluida la farmacia comunitaria.