España es uno de los países con mayor crecimiento en la ingesta de antidepresivos
Un nuevo informe del Relator especial de la ONU sobre salud mental ha denunciado lo que muchos profesionales sanitarios y expertos sostienen desde hace años: el exceso de medicalización. El grupo que más preocupa es el de la población envejecida, ya que, según el documento, se encuentra en «riesgo de maltrato» por el «suministro excesivo de medicamentos psicotrópicos», como ansiolíticos o tranquilizantes.
En España, los mayores de 65 años suponen aproximadamente el 19% de la población –un máximo histórico–, según el Instituto Nacional de Estadística, y se prevé que este porcentaje crezca todavía más. Se trata del grupo demográfico que más gasto sanitario supone en base a los datos más recientes del Ministerio de Sanidad: de media, por cada persona mayor de 65 años al año en España se gastan 552,5 euros.
Otro de los puntos destacables del documento de la ONU es la crítica al negocio de la industria farmacéutica«a costa del sufrimiento individual», puntualiza Marino Pérez, especialista en Psicología Clínica y catedrático de Psicopatología y Técnicas de Intervención en la Universidad de Oviedo. «Las personas mayores están siendo diana de la industria farmacéutica, que les da medicación para muchos problemas que no se solucionan con pastillas. La continua prescripción de fármacos para problemas causados por el funcionamiento de la sociedad moderna, el estrés del trabajo o las relaciones interpersonales cronifica los trastornos mentales», indica.
Los datos más actualizados sobre el uso de estos fármacos los proporciona el Ministerio de Sanidad español. El consumo de ansiolíticos en España ha crecido hasta llegar a los 55 DHD (dosis diaria definida por cada 1000 habitantes), lo que supone que un 5,5% de españoles toma este medicamento a diario. Por su parte, los fármacos hipnóticos y sedantes tienen una tasa de 31 DHD.
España, en relación con Europa, tiene un consumo de medicamentos muy elevado. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos analizó el consumo de fármacos en todos los países de la Unión Euopea. Según el balance, la media de consumo de ansiolíticos en España entre el año 2000 y el 2015 fue de 48 DHD, mientras que el dato de la UE era de 27. Los antidepresivos en nuestro país también son más consumidos que en Europa: en España hay una media de 52 DHD y en Europa es de 48. En cuanto a los medicamentos hipnóticos y sedantes, la media entre la UE y España coincide: 24 DHD.
Cambio de enfoque
El documento de la Asamblea General de Naciones Unidas también pone en duda el modelo biomédico. Es el que se utiliza para la comprensión y tratamiento de la salud mental y que «centra los problemas solo en los individuos como si fueran enfermedades debidas a condiciones genéticas o alteraciones en los desequilibrios neuroquímicos», explica Pérez. En lugar del biomédico, el informe promueve un enfoque integral, es decir, uno que, según el especialista, «trate de entender los problemas que tienen los individuos en el contexto de las formas de vida y las circunstancias en las que las personas viven».
Este nuevo enfoque no solo sería beneficioso a nivel social sino también para las cuentas del Estado. Pérez indica que «hay muchos estudios que muestran que utilizar los recursos profesionales –psicólogos, psiquiatras, enfermeros y enfermeras– a la larga sería más beneficioso y menos costoso». El principal instrumento de dichas medidas sería el apoyo de un profesional que ayudara a resolver los «problemas de la vida en vez de medicar», explica el experto.
De esta manera, el enfoque debería pasar a uno psicológico que, en palabras del especialista en Psicología Clínica, «considera a la persona en su conjunto de acuerdo con sus circunstancias y trata de entender los problemas de las personas en el contexto de su vida y de sus dificultades. También les ayuda a ser más capaces para superarlas y entenderse a sí mismos de una forma que les pueda ser útil, no solo para el problema actual sino para otros que puedan darse».
La Asamblea General de Naciones Unidas, además de poner en cuestión el modelo biomédico en el informe, reclama más justicia, más igualdad y más derechos de la gente a la hora de decidir los tratamientos que reciben. Pide una mayor participación de los usuarios, incluyendo a las personas que tienen problemas psicológicos, en el entendimiento de lo que les pasa y en la búsqueda de soluciones para no ser un mero receptor de la prescripción del fármaco. Pérez señala que «cabría que el propio usuario estuviera mejor informado de la ayuda que cabe esperar de la misma y, sobre todo, de sus efectos secundarios y otras soluciones alternativas».
Informe «pretencioso»
Aunque el documento pone en cuestión aspectos «imprescindibles» como el exceso de medicalización, según el experto, peca de «pretencioso». «Deja de lado que muchos problemas también se deben a las formas de vida de nuestra sociedad».
El aspecto que el experto añadiría al análisis de la ONU es que los malestares y los problemas psicológicos no vienen solo de la pobreza y de las desigualdades sino también de características que este documento da por buenas en nuestra sociedad. Pérez destaca el consumismo, «que aparenta ser democrático y luego establece muchas más desigualdades. Las redes sociales permiten que uno continuamente se compare con lo que otros aparentan y crean insatisfacción. Esta forma de vida en la que prima la comparación es algo que habría que cambiar».