El Ministerio de Sanidad mantiene por el momento el uso de la hidroxicloroquina en pacientes de la COVID-19 y en ensayos clínicos contra la enfermedad. Recomienda además no interrumpir el tratamiento de pacientes crónicos de otras enfermedades a pesar de que la Organización Mundial de la Salud haya suspendido temporalmente los ensayos clínicos con este fármaco.
La OMS decidió paralizar su ensayo tras la publicación de un estudio en la revista médica The Lancet, que señalaba mayores tasas de mortalidad en pacientes de la COVID-19 y un incremento de arritmias cardiacas en los que se había empleado tratamientos con hidroxicloroquina, un medicamento utilizado habitualmente para tratar la malaria, el lupus o la artritis reumatoide.
En un comunicado remitido a RTVE.es, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, dependiente del Ministerio de Sanidad, descarta suspender el tratamiento con el medicamento, aunque sí continuará vigilando con prudencia los efectos que pueda provocar. Sobre la decisión de la OMS, recuerda que el ensayo utilizaba “dosis más altas que en otros estudios”. “No hemos recibido ninguna señal de alerta de ninguno de los estudios que se están llevando a cabo en territorio nacional”, señala la agencia, que recalca que tanto la cloroquina como la hidroxicloroquina “tienen un perfil de eficacia y seguridad bien conocido”.
En España, el fármaco ha sido utilizado para tratar al 85,7 % de los pacientes hospitalizados con COVID-19, según un estudio elaborado por la Sociedad Española de Medicina Interna, que ha analizado datos de 12.213 ingresados en hospitales en 146 hospitales de todo el país, especialmente en Madrid. Según la agencia, se están realizando 15 ensayos clínicos autorizados con hidroxicloroquina, siete como profilaxis y ocho como tratamiento.
Vigilancia del uso del fármaco
Sin cuestionar los resultados del estudio de The Lancet, Sanidad considera que se basaron en un estudio “observacional, sometido a sesgos que son difíciles de controlar y sus resultados no generan en muchos casos evidencia científica sólida e incontrovertible”. Pero a falta de resultados de ensayos “clínicos aleatorizados y controlados con placebo necesarios para generar esta evidencia sólida”, la agencia seguirá revisando continuamente la información sobre los efectos secundarios del fármaco.
La AEMPS reconoce que ha alertado en varias ocasiones a los profesionales sanitarios de los posibles efectos adversos del medicamento, como las arritmias cardiacas o la posibilidad de trastornos neuropsiquiatráticos, y opta por mantener los ensayos clínicos en entornos controlados “haciendo hincapié en los datos ya conocidos de seguridad de estos medicamentos”. De hecho, la agencia ha pedido a todas las investigaciones abiertas en España un análisis de seguridad como medida de precaución adicional.
El Gobierno francés ha prohibido este miércoles el tratamiento con hidroxicloroquina, al considerar que con los datos disponibles no solo se ha demostrado que no es una sustancia beneficiosa, sino que además puede suponer un riesgo cardíaco. También Panamá ha retirado el fármaco de los tratamientos sanitarios, mientras que en Estados Unidos, el presidente Donald Trump lleva semanas recomendando su uso a pesar de que no se ha demostrado su eficacia contra el coronavirus.