El Concyl advierte que el control de gasto pone en «riesgo» la «supervivencia de algunas de ellas» / El 0,4% de las boticas regionales suspenden la atención al público de forma «temporal o permanente»
El«envejecimiento» de los habitantes del medio rural y la «despoblación» impiden revertir la crisis que desde hace año atraviesan muchas boticas ubicadas en los municipios de menos de 20.000 habitantes. Es por ello necesario «optimizar los recursos y obtener el máximo valor posible de cualquier intervención sanitaria» para «proteger, defender y promover» el mantenimiento de estos establecimientos con el fin de «garantizar que su servicio continúe siendo efectivo en nuestros pueblos», máxime cuando una de cada 10 farmacias burgalesas sobrevive actualmente gracias al apoyo económico del Gobierno regional.
Aunque los datos provinciales se mantienen más o menos estables, el secretario del Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León, José Luis Nájera, asegura que «muchas de las medidas adoptadas por el control de gasto» durante los últimos años han incidido «directamente» sobre la «economía» del sector, de tal manera que se pone en «riesgo» la «supervivencia de algunas de ellas» y, por ende, de «nuestro admirado modelo farmacéutico».
No todas las boticas resisten los estragos aún palpables de una crisis que se ceba con el medio rural debido a la sangría demográfica. Puede que ninguna de las que se encuentran en situación de Viabilidad Económica Comprometida (VEC) cierre definitivamente gracias a las ayudas de la Junta, pero el 0,4% de las 1.621 existentes en la Comunidad se han visto obligadas a suspender la atención al público de forma «temporal o permanente». Por fortuna, Nájera señala que el servicio se presta «en todo momento», ya sea porque «ha sido asumido por la farmacia más cercana»o porque «se ha creado un botiquín en el municipio para atender a esa población».
En clave autonómica, Burgos es la sexta provincia con mayor número de farmacias VEC (21). En los extremos se encuentran Salamanca, con 40, y Palencia con ocho. Según los últimos datos facilitados por el Concyl, el 13,7% de los establecimientos (222) necesitan ayuda para seguir en pie. No en vano, Nájera subraya que el porcentaje supera el 26% «si nos restringimos al medio rural», que a día de hoy acapara «más del 60%» de las boticas de Castilla y León.
Lo más preocupante es que «más de la mitad de nuestras farmacias se concentran en municipios de menos de 1.000 habitantes y más del 70% de esas farmacias en pueblos con menos de 500 habitantes». En la provincia de Burgos, el 27% de las boticas se sitúan en el medio rural mientras la capital atesora casi el 60% del total. El resto se reparten entre Aranda de Duero y Miranda de Ebro, que cuentan con 12 y 15 establecimientos, respectivamente.
A pesar de las dificultades que atraviesa el sector, Nájera destaca que Castilla y León dispone de «una de las mejores redes de farmacia de toda Europa» porque posee «uno de los ratios más altos de oficinas de farmacias por habitante, muy superior a la media nacional». De hecho, «el 99% de los ciudadanos tiene una farmacia en su lugar de residencia», un factor clave y necesario teniendo en cuenta la amplia «ruralidad» -sobre todo en Ávila, Soria y Zamora- de un territorio cuya población emigra o se asienta en las ciudades.
«Esfuerzo» de guardia
Si algo tienen claro los farmacéuticos es que el medicamento constituye un «elemento esencial de nuestro sistema de salud». Partiendo de esta base, el secretario del Concyl remarca que todos los pacientes, independientemente de su lugar de residencia, deben contar con un acceso «rápido, seguro y eficaz» a sus tratamientos. Por eso, los servicios de guardia son de vital importancia tanto en el medio rural como el urbano y los establecimientos se organizan de manera «racional»a través de turnos rotatorios en función de su proximidad -en grandes municipios- o de la Zona Básica de Salud a la que pertenecen.
Ahora bien, conviene no olvidar que los propietarios y empleados de las farmacias -sobre todo las de los pueblos- realizan un «importante esfuerzo, tanto económico como familiar», para que la ciudadanía pueda cubrir una necesidad básica a cualquier hora del día pese a que las guardias «no se remuneran por parte de la Administración». No obstante, los profesionales del gremio son «conscientes», según Nájera, de la «tranquilidad» que «este servicio genera en la población» y de la necesidad de asegurar el «mantenimiento de los servicios en el medio rural».
Más allá de la extensión territorial y de la ingente cantidad de pequeñas localidades en la Comunidad, el también presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Palencia detalla que «los ciudadanos de nuestra región acuden a la farmacia mucha más a menudo que a cualquier otro establecimiento sanitario», hasta el punto de que «cada día más de 150.000 personas visitan nuestras farmacias y todas ellas reciben al menos un consejo sanitario».
A tenor de estas cifras, el sector «ha respondido siempre que se nos ha necesitado y existen evidencias de ello». Por ejemplo, cuando la Oficina de Farmacia se ha involucrado de manera «activa» en diversos proyectos en los que «los resultados de participación son sensiblemente mejores» como el «programa de detección precoz de VIH o del cribado de cáncer de colon», por no hablar de las múltiples «campañas sanitarias que se realizan desde las oficinas de farmacia».
Desabastecimiento
Una de las principales preocupaciones del gremio de un tiempo a esta parte es el «incremento del número de medicamentos desabastecidos que finalmente no llegan a las farmacias». Afortunadamente, Nájera indica que «en la mayoría de los casos existen alternativas terapéuticas, tanto de otras marcas o de medicamentos genéricos, que tienen la misma composición». De esta forma, el paciente puede continuar con su tratamiento «sin problemas» gestionando la sustitución con el boticario salvo casos concretos en los que «el farmacéutico le deriva al médico para que se lo cambie».
¿A qué se debe el desabastecimiento de determinados medicamentos? Las causas son «múltiples», apunta Nájera. En ocasiones, el problema reside en la «escasez del número de fabricantes del principio activo», lo que obviamente «repercute en la producción» por parte de los fabricantes a la hora de elaborar los fármacos. Por otro lado, el Brexit también parece afectar negativamente. Así lo sostienen«algunos expertos» convencidos de que la salida de Reino Unido de la Unión Europea «está afectando al número de envases que llega a cada país». Además, las políticas de «ajuste de precio» en España, con «constantes bajadas», también «podrían influir en los medicamentos que llegan a nuestro mercado».
Lejos de resignarse, las corporaciones colegiales tratan de «detectar y minimizar» el problema a través del Centro de Información sobre Suministros de Medicamentos (Cismed), que permite registrar «en tiempo real» las carencias de los establecimientos «hasta siete días antes de que lo comunique de forma oficial la Agencia Española del Medicamento». Con esta herramienta, los profesionales afectados actúan con «anticipación» para que la Administración y el resto de sus compañeros «tomen las medidas que sean necesarias».